El sabor de su picadura
significado de «bueno hasta el último bocado
El recuerdo de ese último bocado de un filete o de una tarta de chocolate puede influir más que el recuerdo del primer bocado a la hora de determinar cuándo queremos volver a comerlo, según una investigación publicada en Psychological Science, una revista de la Asociación de Ciencias Psicológicas.
Nuestros recuerdos de las comidas suelen ser muy vívidos, especialmente cuando experimentamos alimentos terriblemente malos o deliciosamente buenos. Los resultados de esta investigación arrojan luz sobre cómo se forman los recuerdos de los alimentos y cómo guían nuestras decisiones sobre lo pronto que estamos dispuestos a volver a comer un alimento.
«La investigación nos ha dicho mucho sobre los factores que influyen en los alimentos que la gente quiere consumir, pero se sabe menos sobre los factores que influyen en cuándo quieren volver a consumir un alimento concreto», explica la investigadora y autora principal Emily Garbinsky, de la Escuela de Negocios de la Universidad de Stanford.
«Las empresas no sólo se benefician de la venta de alimentos, sino también de la frecuencia con la que se venden esos alimentos, y el impacto de la ingesta de alimentos saludables y no saludables en la salud de las personas viene determinado no sólo por la cantidad que comen, sino por la frecuencia con la que lo hacen», dice Garbinsky. «Por ello, nos pareció importante comprender mejor qué influye en la cantidad de tiempo que pasa hasta que se repite el consumo».
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En caso de que no hayas seguido con atención esta línea argumental: en pocas palabras, ante una tentación, a los abstemios les va mejor si se abstienen por completo, mientras que a los moderados les va mejor si se dan un pequeño capricho, o de vez en cuando.
El otro día, un amigo que es un verdadero moderador me dijo: «Me compré un helado en mi heladería favorita y estaba muy, muy bueno. Pero después del décimo bocado más o menos, ya casi no podía probarlo. Tomé unos cuantos bocados más, luego se convirtió en un charco, y un amigo mío se lo terminó por mí».
Para mí, esta es una forma de actuar muy extraña. La diferencia entre mi amigo y yo me hizo preguntarme si esto es una distinción entre los abstemios y los moderadores, y me encantaría que los abstemios y los moderadores por ahí opinaran sobre esta cuestión.
Abstencionistas, ¿experimentan esto? ¿O descubrís que vuestro deseo por el último bocado es tan fuerte como por el primero? ¿O el deseo se acentúa desde el primer bocado, de modo que se desea aún más el siguiente?