Contenidos
Educar en igualdad de genero
Ensayo sobre el papel de la educación en la igualdad de género
La mayoría de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU están inextricablemente vinculados entre sí, y ninguno de ellos más que los objetivos cuatro y cinco. Mi organización, Educar a las niñas, trabaja en la intersección de estos dos objetivos: el ODS 4, Educación, y el ODS 5, Igualdad de género. Es apropiado que estén en ese orden, ya que creo fundamentalmente que la educación es la «ruta hacia» y la «raíz de» la igualdad de género.
En su elocuente contribución a esta serie, Irina Bokova, directora general de la UNESCO, expone claramente los antecedentes del ODS4. En esta contribución, trataré de aportar pruebas desde el nivel comunitario, donde Educate Girls ha estado trabajando durante los últimos 10 años en algunas de las comunidades más patriarcales y discriminatorias del mundo.
Bokova hace un llamamiento al mundo para que se centre en «los que se han quedado atrás», destacando a las niñas como «un enorme motor del desarrollo». Es precisamente aquí donde Educate Girls comienza su trabajo, y por «dejadas atrás», Educate Girls quiere decir, no sólo aquellas niñas que quedan fuera de la educación, excluidas por barreras económicas, sociales o culturales, sino también aquellas que pueden haber logrado llegar a la escuela, pero que están siendo dejadas atrás por un sistema que les está fallando sistemáticamente. En la actualidad, la India está experimentando un declive en los resultados del aprendizaje, y en Educate Girls nos esforzamos por cambiar esta situación y crear formas en las que el sistema actual pueda ofrecer una educación que merezca la pena.
Escritura de la igualdad de género
A pesar de la igualdad formal de oportunidades educativas para mujeres y hombres, sigue habiendo enormes diferencias de género en la motivación y el rendimiento académico de los estudiantes que desembocan en las aspiraciones educativas y profesionales según el género (Kollmayer et al., 2018a). Las mujeres siguen estando infrarrepresentadas en el ámbito de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (STEM), mientras que los hombres están infrarrepresentados en la sanidad y otros sectores de orientación social (Boniol et al., 2019; Comisión Europea, 2019). Esta infrarrepresentación comienza en la escuela, donde las chicas declaran tener un autoconcepto académico más bajo en las materias STEM que los chicos, incluso después de controlar el rendimiento, mientras que lo mismo ocurre con el autoconcepto de los chicos en lectura e idiomas (Wigfield et al., 2002; Meece et al., 2006). En general, las diferencias de género en la motivación y el rendimiento tienden a ser pequeñas en la primera infancia y en los primeros años escolares, pero se hacen cada vez más evidentes en la adolescencia (Evans et al., 2002; Hyde, 2005). Además, las diferencias de género varían en función del contexto de su investigación (Hyde, 2005), lo que indica que las prácticas de socialización pueden minimizar o exagerar las auténticas diferencias de género.
Cuestiones de género en la educación en filipinas
La igualdad de mujeres y hombres es un derecho humano fundamental, un elemento esencial de la democracia y un imperativo de la justicia social. Sin embargo, en las sociedades actuales persisten las desigualdades entre mujeres y hombres de iure y de facto, tanto en el ámbito educativo como en el político, económico, social, cultural y en cualquier otro.
En el ámbito educativo, ambos sexos siguen centrándose en los roles tradicionales de género que dirigen y reducen fuertemente sus opciones de educación, ocupación y conceptos de vida, reforzando así las normas masculinas en la sociedad, la relación de poder desigual de los sexos, la segregación por sexos del mercado de trabajo, la asignación de responsabilidades familiares por sexos, la violencia contra las niñas y las mujeres.
Teniendo en cuenta que los principios de «paridad» y democracia pluralista deben ser respetados como base de la identidad e integridad individual y de los derechos humanos, y que los recursos humanos serán el factor más importante en el cambio estructural y el desarrollo futuros, el informe sugiere una integración tanto de la dimensión de género como de la dimensión intercultural en la educación como normas promovidas activamente con un enfoque sensible al género.
Cómo promueve la educación la igualdad de género
Invertir en la educación de las niñas transforma las comunidades, los países y el mundo entero. Las niñas que reciben una educación tienen menos probabilidades de casarse jóvenes y más probabilidades de llevar una vida sana y productiva. Obtienen mayores ingresos, participan en las decisiones que más les afectan y construyen un mejor futuro para ellas y sus familias.
La educación de las niñas fortalece las economías y reduce la desigualdad. Contribuye a crear sociedades más estables y resistentes que dan a todas las personas -incluidos los niños y los hombres- la oportunidad de desarrollar su potencial.
Pero la educación de las niñas es algo más que el acceso a la escuela. También se trata de que las niñas se sientan seguras en las aulas y reciban apoyo en las asignaturas y carreras que elijan, incluidas aquellas en las que suelen estar infrarrepresentadas.
En todo el mundo hay 129 millones de niñas sin escolarizar, de las cuales 32 millones están en edad de cursar la enseñanza primaria, 30 millones en edad de cursar el primer ciclo de secundaria y 67 millones en edad de cursar el segundo ciclo de secundaria. En los países afectados por conflictos, las niñas tienen más del doble de probabilidades de estar sin escolarizar que las que viven en países no afectados.