Contaminacion por ganaderia

Datos sobre la contaminación animal

La agricultura -incluida la forma en que cultivamos, criamos, transportamos, procesamos e incluso almacenamos los cultivos alimentarios y no alimentarios y los productos agrícolas- tiene un profundo efecto en el planeta. Pensemos en lo que se necesita para alimentar, por ejemplo, a los casi 9.500 millones de animales que se crían para la alimentación cada año en Estados Unidos. O lo que se necesita para cultivar los más de 90 millones de acres de maíz de este país, utilizados principalmente para la alimentación del ganado y la producción de etanol. Las monumentales cantidades de fertilizantes y pesticidas que se emplean en esas operaciones (y todo el estiércol que sale) son sólo algunos ejemplos de la contaminación asociada a la agricultura. Aquí tienes una guía para entender los muchos y variados impactos de nuestras prácticas agrícolas.

La contaminación agrícola tiene muchas fuentes diferentes. Los fertilizantes a base de nitrógeno producen potentes gases de efecto invernadero y pueden sobrecargar las vías fluviales con contaminantes peligrosos; los pesticidas químicos con efectos toxicológicos diversos pueden contaminar nuestro aire y agua o residir directamente en nuestros alimentos. A veces podemos ver claramente (o incluso oler) la contaminación y su origen, como el estiércol de una granja. Otras veces, el contaminante puede ser más indirecto, como el metano -otro importante contribuyente al calentamiento global- liberado a través del sistema digestivo de las vacas. La contaminación agrícola suele dividirse en dos categorías: la que procede de la cría de animales y la que se deriva de los cultivos, incluidos los piensos, los alimentos para humanos y los cultivos para biocombustibles.

Calentamiento global del ganado

El impacto medioambiental de la producción de carne varía debido a la gran variedad de prácticas agrícolas empleadas en todo el mundo. Se ha comprobado que todas las prácticas agrícolas tienen diversos efectos sobre el medio ambiente. Algunos de los efectos medioambientales que se han asociado a la producción de carne son la contaminación por el uso de combustibles fósiles, el metano animal, los residuos de efluentes y el consumo de agua y tierra. La carne se obtiene mediante diversos métodos, como la agricultura ecológica, la cría en libertad, la producción ganadera intensiva, la agricultura de subsistencia, la caza y la pesca.

Se considera que la carne es uno de los principales factores que contribuyen a la actual crisis de pérdida de biodiversidad[2][3][4][5][6] El informe de evaluación global de la IPBES de 2019 sobre la biodiversidad y los servicios de los ecosistemas concluyó que la agricultura industrial y la sobrepesca son los principales impulsores de la extinción, y que las industrias cárnica y láctea tienen un impacto sustancial[7][8]. [7][8] El informe de 2006 La larga sombra del ganado, publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), afirma que «el sector ganadero es un importante factor de estrés para muchos ecosistemas y para el planeta en su conjunto. A nivel mundial es una de las mayores fuentes de gases de efecto invernadero (GEI) y uno de los principales factores causantes de la pérdida de biodiversidad, y en los países desarrollados y emergentes es quizás la principal fuente de contaminación del agua»[9].

Gestión de residuos ganaderos…

La agricultura -incluida la forma en que cultivamos, criamos, transportamos, procesamos e incluso almacenamos los cultivos alimentarios y no alimentarios y los productos agrícolas- tiene un profundo efecto en el planeta. Piense en lo que se necesita para alimentar, por ejemplo, a los casi 9.500 millones de animales que se crían para la alimentación cada año en Estados Unidos. O lo que se necesita para cultivar los más de 90 millones de acres de maíz de este país, utilizados principalmente para la alimentación del ganado y la producción de etanol. Las monumentales cantidades de fertilizantes y pesticidas que se emplean en esas operaciones (y todo el estiércol que sale) son sólo algunos ejemplos de la contaminación asociada a la agricultura. Aquí tienes una guía para entender los muchos y variados impactos de nuestras prácticas agrícolas.

La contaminación agrícola tiene muchas fuentes diferentes. Los fertilizantes a base de nitrógeno producen potentes gases de efecto invernadero y pueden sobrecargar las vías fluviales con contaminantes peligrosos; los pesticidas químicos con efectos toxicológicos diversos pueden contaminar nuestro aire y agua o residir directamente en nuestros alimentos. A veces podemos ver claramente (o incluso oler) la contaminación y su origen, como el estiércol de una granja. Otras veces, el contaminante puede ser más indirecto, como el metano -otro importante contribuyente al calentamiento global- liberado a través del sistema digestivo de las vacas. La contaminación agrícola suele dividirse en dos categorías: la que procede de la cría de animales y la que se deriva de los cultivos, incluidos los piensos, los alimentos para humanos y los cultivos para biocombustibles.

Cómo contamina el agua la agricultura

La agricultura -incluida la forma en que cultivamos, criamos, transportamos, procesamos e incluso almacenamos los cultivos alimentarios y no alimentarios y los productos agrícolas- tiene un profundo efecto en el planeta. Pensemos en lo que se necesita para alimentar, por ejemplo, a los casi 9.500 millones de animales que se crían para la alimentación cada año en Estados Unidos. O lo que se necesita para cultivar los más de 90 millones de acres de maíz de este país, utilizados principalmente para la alimentación del ganado y la producción de etanol. Las monumentales cantidades de fertilizantes y pesticidas que se emplean en esas operaciones (y todo el estiércol que sale) son sólo algunos ejemplos de la contaminación asociada a la agricultura. Aquí tienes una guía para entender los muchos y variados impactos de nuestras prácticas agrícolas.

La contaminación agrícola tiene muchas fuentes diferentes. Los fertilizantes a base de nitrógeno producen potentes gases de efecto invernadero y pueden sobrecargar las vías fluviales con contaminantes peligrosos; los pesticidas químicos con efectos toxicológicos diversos pueden contaminar nuestro aire y agua o residir directamente en nuestros alimentos. A veces podemos ver claramente (o incluso oler) la contaminación y su origen, como el estiércol de una granja. Otras veces, el contaminante puede ser más indirecto, como el metano -otro importante contribuyente al calentamiento global- liberado a través del sistema digestivo de las vacas. La contaminación agrícola suele dividirse en dos categorías: la que procede de la cría de animales y la que se deriva de los cultivos, incluidos los piensos, los alimentos para humanos y los cultivos para biocombustibles.